Durante épocas de cambios importantes en la vida, la ansiedad y el estrés se elevan por lo que es habitual que aparezcan síntomas como alteraciones de sueño o fatiga.
Y es aquí cuando tenemos que hablar del insomnio: un trastorno del sueño que se puede manifestar de diferentes formas:
- Dificultad para iniciar el sueño
- Despertares frecuentes
- Pesadillas reiteradas
- Despertar precoz por la mañana.
- Sensación de sueño no reparador.
- Durante el día somnolencia y fatiga.
Puede ser temporal o crónico que es, en este último caso, cuando es recomendable consultar a un profesional de la salud. Las causas pueden variar e incluyen estrés, ansiedad, condiciones médicas, ciertos medicamentos y hábitos de sueño poco saludables.
¿Qué consecuencias conlleva el insomnio persistente en el tiempo?
- Fatiga diurna y somnolencia: cansancio crónico.
- Deterioro cognitivo: Afecta la memoria, la concentración y la capacidad de tomar decisiones. La privación del sueño reduce el rendimiento académico y laboral.
- Aumento del riesgo de trastornos mentales: El insomnio se asocia con la ansiedad, la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
- Problemas metabólicos: altera las hormonas relacionadas con el apetito (leptina y grelina), lo que puede llevar a un aumento del hambre y el riesgo de obesidad. También se asocia con mayor riesgo de diabetes tipo 2.
- Alteraciones cardiovasculares: El insomnio está relacionado con un aumento de la presión arterial, mayor riesgo de enfermedades cardíacas, como la hipertensión y el infarto, y otros problemas vasculares.
- Sistema inmunológico debilitado: haciendo al cuerpo más susceptible a infecciones.
- Aumento del riesgo de accidentes: Las personas con insomnio o sueño insuficiente tienen mayor probabilidad de sufrir accidentes laborales, domésticos o de tráfico, debido a la fatiga y a la disminución de los reflejos.
- Deterioro de la calidad de vida: La falta de sueño afecta negativamente las relaciones interpersonales, la capacidad para disfrutar actividades recreativas y la sensación general de bienestar.
Estas consecuencias muestran cómo el insomnio no solo afecta al descanso nocturno, sino también a la salud global y a la calidad de vida.
Por otro lado, señalar que es habitual que las personas mayores experimenten despertares nocturnos frecuentes porque la vigilia aumenta en esta etapa de la vida y necesitan menos horas de sueño.
En el tratamiento del insomnio cuando se decide utilizar fármacos para evitar la somnolencia durante el día se emplean benzodiacepinas como nitrazepam, flunitrazepam, triazolam o midazolam. Se aconseja utilizarlas durante el menor tiempo posible porque provoca insomnio de rebote y dependencia.
Aparte de diversos efectos adversos como la adicción, dependencia física, somnolencia, sensación de cansancio y disminuir los niveles de atención, en dosis altas aumenta el riesgo de problemas de respiración graves cuando se asocian a otros depresores del sistema nervioso central (como opiáceos, alcohol,…). Y en personas mayores desorientación, ataxia (andar descoordinado), aumentando el riesgo de caídas.
Otra cuestión importante para buscar alternativas naturales al tratamiento del insomnio es que la ingesta de fármacos hipnóticos como diazepam anulan la fase REM del sueño fisiológico y, en consecuencia, privan el ciclo de sueño profundo donde se produce la reparación de los tejidos. Y, como comentaba en el artículo anterior, esta fase “nos ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir enfermedades. En esos momentos nos resulta más difícil despertar y es clave para despertarnos con energía y vitalidad. Por tanto, su déficit provoca síntomas como fatiga o cansancio”.
Según los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) España lidera el consumo de benzodiacepinas en el mundo, con un incremento de su venta constante año a año. Según la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES 2022), las benzodiacepinas se han convertido en la tercera sustancia de adicción en España.
Por tanto, podemos deducir que existe un problema que la SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia) describe como: “la medicalización de la vida, la cual ha provocado que muchas circunstancias que no son patológicas, sino situaciones vitales o de la vida cotidiana que son etiquetadas erróneamente como trastornos de ansiedad o insomnio, acaben siendo tratadas con psicofármacos”.
En cuanto a las causas del aumento de este tipo de sustancias, puede deberse, según el doctor Rafael Castro, a que estamos viviendo una intolerancia a cualquier trastorno emocional que empuja erróneamente a la citada “medicalización de la vida”. A esto hay que sumar a que “vivimos en una sociedad competitiva y estresante en la que debemos sostener rutinas que exigen mantenerse al límite del rendimiento sin angustia y sin claudicaciones”, destacan en la nota de prensa del XXIX Congreso Nacional de Medicina general y Familia.
Así, es preferible buscar ayuda no farmacológica para tratar el insomnio y evitar sus efectos adversos. En Fitoterapia nos encontramos, por ejemplo, un miorrelajante como la amapola que es inductora del sueño por relajación. O en la Aromaterapia el aceite esencial de lavanda o vetiver, por ejemplo, que tienen propiedades calmantes y sedantes.
Pero te recuerdo que los remedios naturales deben ser prescritos por un profesional, nunca te autotrates porque las plantas medicinales poseen también sus contraindicaciones. Por ejemplo, en este caso, la amapola no se puede dar a niños, embarazadas o personas que ya se están tratando con benzodiacepinas, otros fármacos sedantes o antihistamínicos por la posible potenciación de los efectos sedantes.
Si siempre te despiertas sobre la misma hora, la Medicina Tradicional China explica en su rueda biológica que cada franja horaria está relacionado con un órgano y unas emociones que están en debilidad y que necesitan de tu atención. Con esta información, desde el biomagnetismo podemos ayudar al cuerpo, colocando imanes en las zonas relacionadas para ayudarlas a reequilibrarse.
Te recomiendo que leas los dos artículos anteriores que he publicado sobre el sueño para que puedas revisar tu rutina de sueño, hábitos que puedan estar perjudicando su conciliación, la importancia de tener unos niveles óptimos de vitamina D y vitaminas del grupo B, … entre otras cuestiones a tener en cuenta.
Y también encontrarás tips para mejorar tu calidad de sueño, ¡ojalá te sea útil!
Por último, volver a comentarte que si padeces de insomnio persistente busques la ayuda de tu naturópata para evaluar y poder personalizar el tratamiento de manera más eficaz.