Esta afirmación tan contundente es el título de un libro perfecto para aprender a aplicarte los imanes por tí misma en situaciones concretas publicado por Nuria Solves.
Conocer el funcionamiento de los imanes de forma correcta es una potente herramienta para recuperar el bienestar y aliviar multitud de dolencias.
Que se lo digan a mi pareja que cuando me caí de la escalera lo primero que le dije fue: ¡tráeme el maletín de imanes! Y del suelo no me moví hasta que me hicieron efecto…

Hay que aclarar que nunca se excluye la atención médica en caso de enfermedad o de síntomas persistentes.
Los imanes son tan fáciles de aplicar que con sólo un par de ellos y una serie de pautas puedes obtener algunos de sus múltiples beneficios. Siguiendo unos puntos «comodín» podrás disminuir síntomas como dolor localizado, inflamación, estreñimiento, ansiedad…
Además, sin efectos secundarios y de resultados rápidos.
El imán en su posición negativa tiene la cualidad de aportar frío, desinflamar, alcalinizar, calma. Por ello, cuando hay dolor poner el imán en el polo negativo en la zona dolorida lo alivia. Y si además, se coloca el polo positivo en el riñón contrario actúa como drenante según la técnica del doctor Isaac Goiz.
El imán en su polo positivo aporta movimiento, calor, activa, por ello si necesitas activar tu energía, como un “efecto café”, por ejemplo, se puede poner en el entrecejo unos minutos. Si, al contrario, necesitas conciliar el sueño ponlo en su lado negativo.
En el siguiente post te contaré más posiciones “comodín” para sacar partido de tus imanes.
¿A qué estás esperando para ponerlos en tu vida?