Acabo de realizar una formación sobre coaching donde se mencionan interesantes análisis de PNL (programación neurolingüística).
La PNL es la ciencia y arte que estudia el funcionamiento de la mente, el pensamiento, las emociones, el cuerpo y las experiencias propias. Richard Bandler y John Grinder, precursores de esta técnica, concluyeron que
“cambiando como pienso puedo transformar lo que pienso”.
No existe una única realidad: Cada uno de nosotros interpreta y expone una realidad diferente, nuestros mapas mentales no son iguales. Hacemos una representación particular y completamente subjetiva teniendo en cuenta nuestra cultura, educación, moral, vivencias…filtros que configuran cada realidad particular.
Nuestro comportamiento está directamente relacionado con las representaciones mentales que nos hacemos del mundo que hemos creado y por lo tanto, cuanto mayor sea ese mapa mental propio más opciones tendremos para comprender las diversas situaciones y retos que se nos planteen.
Pexels Liza Summer
Por otro lado, la PNL reduce los cinco sentidos en tres: vista, oído y kinésico (gusto, tacto y olfato).
Todos usamos los 3 canales, pero siempre hay uno predilecto y que en muchas ocasiones no coincide con el preferente por parte del interlocutor con el que nos estamos comunicando, lo cual provoca dificultades, malentendidos y conflictos.
Conocer el canal predominante de cada persona ayuda a entenderla mejor, facilitando la comunicación, clave esencial en todos los ámbitos de nuestra vida.
Además, está la predilección por un tipo de explicación: secuencial o referenciada.
La primera, como se deduce, es una descripción paso a paso, muy detallista. Y la segunda se centra en puntos de referencia que la otra persona conoce e intenta ir más al grano.
Un ejemplo claro es a la hora de explicar la dirección de un lugar. La explicación secuencial detallará todas las acciones que tiene que hacer la persona, los lugares por donde tiene que pasar, los nombres de las calles, etc. Mientras que la referenciada le dará nombres de sitios conocidos que se encuentren cerca del lugar realizando una explicación más breve y concisa.
¿Estás pensando en esa persona con la que te cuesta comunicarte?
Si observamos la metaprogramación que utiliza cada interlocutor nos ahorraremos momentos de tensión porque la persona que usa explicación secuencial cree que la otra parte no le entiende porque no es tan concreto, se olvida de mencionar detalles. Mientras que la otra persona no desea escuchar tantas puntualizaciones.
Pexels Mikhail Nilov
El anclaje positivo
La relación entre lo que captan nuestros sentidos y el recuerdo se denomina anclaje, ya que se trata de una asociación entre un estímulo y la respuesta que este obtiene, bien sea emocional, de comportamiento, …
Existen dos tipos de anclas: positivas y negativas, dependiendo de la asociación que se realiza.
Como ya comenté en el post sobre aromaterapia https://consultanatur.com/que-es-la-aromaterapia/ los olores son los mejores activadores de recuerdos porque el olfato es el primer sentido que se desarrolla en el vientre materno y es el único que está conectado directamente con el sistema límbico, con las emociones, por eso asociamos olores a situaciones agradables o desagradables, de atracción, rechazo, miedo, relajación…
No podemos dejar de oler, forma parte de nuestra respiración, por eso podemos usar los aromas para anclar estados emocionales optimistas y positivos.
Si siento y pienso que lo puedo conseguir, actúo para que así sea.
Nuestras emociones están conectadas directamente con los pensamientos que tenemos y posteriormente las acciones que realizamos. Si nuestra emoción es positiva, optimista y de autoconfianza, los pensamientos irán por el mismo camino, favoreciendo las probabilidades de ejercer acciones correctas y adecuadas.